En un emotivo acto con presencia de su familia, Patronato homenajeó a Cata Seip poniéndole su nombre a la lavandería del club. La Cata fue una fiel hincha y colaboradora del Rojinegro. En las redes, algunos hinchas se pronunciaron en contra de esta decisión.
El Rojinegro cumplió 107 años de historia. En consonancia, la comisión directiva de Patronato decidió homenajear a una histórica hincha y colaboradora del club: La Cata Seip. Con la presencia de directivos, familiares y allegados se realizó la colocación de una plaqueta en la lavandería del club, que a partir de ahora llevará el nombre de alguien tan representativo para todo el mundo Patronato, cuenta la pagina oficial del Santo.
Mas allá de este lindo gesto de parte del club para con una histórica hincha, la polémica no tardó en llegar. Es que varios hinchas de Patronato se pronunciaron en contra de esta decisión, alegando que es retrogrado poner el nombre de una mujer a la lavandería.
Por otra parte, algunos hinchas pedían que en vez de que sea la lavandería, sea nombrada una tribuna, algo que sería hístico en el futbol argentino.
¿Quién era la Cata?
Catalina Amanda Rouseaux de Seip, mas conocida “La Cata” nació en Paraná un 30 de enero de 1935.
Creció y se crió en el Club de calle Grella. Comenzó a ir a la cancha desde muy pequeña, a los 5 años, junto con su padre cuando iban a ver jugar a su tío, quien era jugador del club Atlético Patronato, y ahí nació su amor incondicional por el club, por los colores Rojo y Negro.
Su vida estuvo muy ligada al club. Conoció a Miguel Ángel Seip, quien era también jugador de fútbol. Tuvo ocho hijos, Luis, Miguel Ángel (fallecido), Elsa, Silvia, Mirta, Miguel, Adriana y Fernando. Quedando viuda a los 42 años.
“Ella iba al club todas las mañanas, a llevarles bizcochos a los jugadores para que desayunen, y por la tarde iba a buscar la ropa en un carrito para lavarla, secarla, como se podía, y tenerla lista al otro día para que puedan practicar. Dio su vida por el club”. Comenta Elsa, hija de La Cata.
Nunca falto a los partidos, con sol, lluvia, frío, calor, siempre estuvo presente, festejo ascensos, triunfos y derrotas, pero ella hasta en sus últimos días incluso con una enfermedad terminal festejo ascensos, triunfos y derrotas, pero ella hasta en sus últimos días incluso con una enfermedad terminal “se sentaba en la puerta del club, para no estar lejos, para no dejar al club de sus amores solo”.
La Cata falleció un 4 de septiembre de 2003, a los 67 años.
Y es quien hoy desde la tribuna alienta como siempre, porque aunque no la veamos Y es quien hoy desde la tribuna alienta como siempre, porque aunque no la veamos ELLA ESTA, y y “cuajale mandinga”.
Nota original publicada en la fanpage de Agrupación La Cata.