Sebastian Tati Furios dialogó con La Cábala luego del ascenso de Paraná al Federal A. El preparador físico habló de diversos temas, asegurando: «La pasé mal. Con Iván nos sacamos una espina grande los dos».
Tras el regreso de Paraná al Torneo Federal A, La Cábala se comunicó con Sebastián Tati Furios, histórico preparador físico e integrante del cuerpo técnico del Gato. Tati habló de diversos temas: el armado del plantel, la final y la espina que se sacó tanto el como su hermano, Iván.
En primer lugar, Tati comentó como fue el armado del plantel que mas tarde conseguiría el ascenso: «Doy las gracias a todo los dirigentes del club. Tratamos de armar un plantel importante y rápido, con poco tiempo, Fontana priorizo traer buenas personas. Sentíamos compromiso hacia nosotros y la camiseta. Tuvimos la suerte de traer jugadores no negativos. Nos costó los primeras rondas, nos costó pasarlas, sabíamos que teníamos que llegar a diciembre. Se notó un compromiso. Se entendió el mensaje».
En cuanto a la final, Sebastián aseguró: «Nosotros vimos que el equipo iba mejorando en todos los aspectos. Vimos un equipo que la idea estaba plasmada, un equipo obediente. Desmenuzaron al rival de una manera perfecta. Lo vimos antes como se iba a dar. Tuvimos el primero y luego el segundo. Hacía rato que no se vivía así una final. Fuimos merecedores de ascender».
«Nunca me relaje. Porque habíamos visto al equipo en la semifinal y habían dado vuelta el partido. Ajustamos unas cositas en el entretiempo y salió. La verdad no se nos tenía que escapar después de lo del año pasado».
Mas tarde, Sebastián Furios habló sobre el descenso sufrido en 2019 y las dificultades de volver al plano profesional: «Sabíamos que iba a ser difícil, pocos ascensos y canchas complicadas. Siempre el club se fijó lograr objetivos. Siempre el club aspira a algo. Fue un golpe muy duro haber descendido y no fuimos el peor equipo, pero descendimos. Gracias a Dios se pudo volver. La felicidad que tengo hoy es enorme, la forma en que me ha tratado el club es increíble. Es algo que no me lo voy a olvidar nunca».
«Me quería sacar la espina que tenía con el club. La pasé demasiado mal, era un karma para mí. Yo solo quería esto. Hoy mi hijo tiene 10 años y se crio en el club y está viviendo esto, lo que es un ascenso. La verdad quise volver y lograr esto que logramos».
Por otra parte, Tati comentó como fue trabajar junto a Iván, su hermano, quien hizo sus primeras armas dentro de un cuerpo técnico tras su retiro como futbolista: «Tengo la suerte que vemos el fútbol muy parecido, hasta la forma de trabajar. El Toni me planteo sumar a Iván, y sumo muchísimo. Me siento muy a gusto, nos sentimos muy bien. Pusimos el objetivo fuimos y lo logramos. Iván es el más joven de todos nosotros y conecta con los jugadores. Analiza de otra forma un partido. Fue parte de ese sufrimiento cuando bajamos de categoría es por eso que nos sacamos una espina grande los dos«.