Con el objetivo de modificar la realidad en el fútbol local, este año hubo un cambio en la conducción de la LPF. Sin embargo, da la sensación que todo sigue igual.
Por Gabriel Maidana.
Precisamente el 19 de marzo, Alejandro Schneider asumió como nuevo Presidente de la Liga Paranaense de Fútbol en reemplazo de Julio Goyeneche, sobre todo con la idea de “posicionarla, modernizarla y hacer crecer ediliciamente la liga”. Representantes de clubes de primera y del ascenso, llegaron a un acuerdo y depositaron la confianza en el empresario y gente joven, – que también forma parte de las instituciones-, para transformar la competencia.
De entrada, el flamante mandamás realizó algunos cambios que generaron expectativa en los clubes y la ciudad. Es más, en abril, con presencia de personalidades importantes del deporte local, se realizó la presentación del fixture y la forma de disputa al mejor estilo Champions League en el Hotel Marán. No obstante, todo comenzó a desmoronarse.
En lo fútbolístico la primera medida que llamó la atención fue la ventaja deportiva para los cuatro mejores equipos de cada grupo en Fase Regular; ya que esto implica que en las definiciones a partido único de octavos, cuartos y semifinales, no solamente sean locales, sino que en caso de empate, también accedan a la siguiente instancia.
La pelota empezó a rodar el último fin de semana del mes de abril y no hubo ningún tipo de incovenientes durante las primeras fechas, aunque de a poco se fueron produciendo algunos hechos de violencia y unas de las prioridades a resolver por la nueva dirigencia, no se estaba cumpliendo.
Paralelamente, al tiempo se conoció que hubo allanamientos en diferentes domicilios de Schneider por parte de la Policia Federal por supuesta evasión fiscal, lo que posteriormente generó entre otras cuestiones, que dejara la conducción del club Belgrano, y da la sensación que también influyó en el ánimo del empresario.
El tiempo pasó y el fútbol no se detuvo, aunque cada vez fueron más notorias las diferencias entre los dirigentes. Finalmente, la mala relación en la comisión directiva quedó expuesta en septiembre, cuando el Tesorero, el Vicepresidente 2°, el Pro Secretario, el Pro Tesorero y tres vocales renunciaron por diferencias con la actual conducción.
La pelota siguió rodando aunque en octubre Tesorería difundió un comunicado advirtiendo a los clubes “que si no se ponen al día con el canon mensual por participar en la competencia, los que sí lo estén ocuparán su lugar en playoffs”, evidenciando la crisis económica en las entidades, aunque también la poca o nula generación de recursos por parte de la LPF.
En tanto, hace tres semanas se tomó la decisión de levantar la medida que impedía hinchada visitante, con el objetivo, en la voz de Marcos Antoniow, Jefe de la Policia Departamental de Paraná de que “la familia y el socio puedan volver a la cancha sin sufrir incidentes”. Duró poco tiempo, ya que hubo disturbios en varios estadios, aunque los más importantes se vieron el pasado fin de semana en las adyacencias del Pedro Mutio, en la previa del cotejo que iban a disputar Atlético Paraná y Palermo. La dura sanción será de un año sin visitantes para el sangre y luto, aunque a la vez aparecen algunos interrogantes.
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¿Estábamos listos para que vuelvan los visitantes? ¿Se trabajó en serio para erradicar la violencia? ¿Cuáles fueron los cambios concretos impulsados por la nueva dirigencia?
Está claro que gestión no lleva siquiera un año y durará tres, pero lejos se estuvo en este tiempo de concretar alguno de todo los anuncios que se hicieron en el mes de marzo. De todas maneras, no hay de qué preocuparse, obviamente este fin de semana se juega. Aquí no pasó nada, una pena…
Foto: Diario Uno.