GAGLIARDI COMO VOLANTE

El Tano se ubicó por la banda derecha y se perfila para salir desde el arranque en esa posición. ¿Cuánto le aporta al equipo?

Por Gabriel Obelar.

Dicen que uno nunca se olvida de dónde salió. Alejandro Gagliardi seguro que tampoco. A lo largo de su carrera estuvo involucrado como un futbolista de banda, para lateralizar, aprovechar su velocidad y coraje para subir desde el fondo hasta la otra línea final. De lateral pasó a volante y por último, como prueba, resultó cuando lo pusieron como delantero y el Yagui le sacó potencial (11 goles en 22 partidos).

El Tano podría volver a las raíces, pero algunos metros más adelante. En la práctica de este viernes, el cuerpo técnico decidió que el reemplazo -táctico- de Marcelo Guzmán sea Alejandro Gagliardi.

¿Qué cambia? El intérprete de la idea, la forma en la que se maneja, de entender el juego, inteligentemente. Alejandro otorga la chance de la transformación del esquema, para que mute de un 4-4-2 a un hipotético 4-3-3, con Gagliardi llegando con velocodad desde el fondo y peleando con los centrales rivales.

El ex Nueva Chicago hace tiempo que no se para en esa ubicación, siendo la última su paso por Rosario Central y parte en Mataderos. El mismo que lo puso de 9, ahora le da todo el apoyo para que pueda aportar desde ese sector.

¿Desventajas? No tiene el ritmo que mostró el Chelo en las últimas actuaciones; no siente tanto la marca para volver a colaborar; y pierde en la precisión para la ejecución de centros.

Gana en velocidad, en una imagen más ofensiva, con otro panorama y sabiendo los movimientos de sus compañeros de arriba.

El chiquito podría volver a su lugar de origen, aquel que lo hizo ser lo que es hoy, con otra cara, otra faceta. Las posibilidades son muchas y tras una larga recuperación de su luxación en el codo vuelve a la titularidad, ya que la última fue ante San Lorenzo.