Julio Gamarci, técnico de la Selección Argentina de Softbol, dialogó con La Cábala, luego de haber conseguido el panamericano 2022.
Julio Gamarci, entrenador de la Selección Argentina de Softbol, visitó La Cábala, luego de su consagración en el Panamericano 2022 disputado en Paraná. El entrenador conversó junto a Conrado Beron y Santiago Erguy, cronista de La Cábala especializado en Softbol.
El entrenador comenzó diciendo como se preparó el equipo para el torneo: “Estuvimos dos semanas concentrados. El torneo comenzó el domingo 24 de abril y termino el sábado 30de abril. Nosotros nos concentramos una semana antes. Esto fue así, básicamente para tratar de desenchufarse de la vida personal, muchos de nuestros jugadores tienen su familia, su trabajo, etc. Con esto tratamos de desconectarnos, relajarnos y ponernos en modo torneo. No hubo una concentración total, ya que éramos locales y teníamos a todos nuestros familiares, pero si había cierto horario a respetar”.
Además, dio su perspectiva acerca de si fue una presión o no el haber sido locales: “Si, hubo algunos jugadores que al comienzo del torneo tenía el un fuerte deseo de lucirse, como lo tienen todos los deportistas, a veces el camino entre lo que deseo y donde estoy se nos pierde. Afortunadamente todos pudieron encaminarse sobre la segunda parte del torneo, inclusive, algunos sobre el final del torneo y encontraron un poco más de paz en su juego. Lo comenzaron a disfrutar cada vez más y comenzaron a definir más los juegos. Fuimos los mejores de esos siete días. Un equipo, en un torneo corto, no tiene que ser el mejor de todos, si tiene que ser el mejor en esos siete días. Para que eso ocurra, nuestros jugadores tienen que estar lo más cercano a su pico de rendimiento esa semana. Uno siempre tiene que estar preocupado por aquellos que no están teniendo un buen presente, porque nadie quiere jugar mal”.
También nos mostró su punto de visto sobre haberse sobrepuesto a los partidos difíciles: “Se trabaja igual que como se labura en la parte técnica. El aspecto mental, el espíritu, las emociones, se trabaja permanentemente trayéndolo a la mesa. Uno siempre se apasiona por la técnica, pero nada de eso sirve si uno no alcanza un equilibro emocional en el juego. Se trabaja mucho la resiliencia, la capacidad de sobreponerse. Es un deporte de muchas pausas, y el jugador está pensando todo el tiempo, por eso, esos momentos que nos tomamos para meditar y pararnos en el aquí y ahora. Eso lo tratamos de practicar, para nosotros es fundamental. Cuando un equipo llega a un nivel de campeonato mundial, todos tienen la misma capacidad técnica, el mismo entrenamiento físico, la única diferencia que hay es quien hace la jugada en el momento exacto, para que eso ocurra, el deportista debe tener, a la hora de entrar a la cancha, la capacidad de abstraerse y poder ejecutar las jugadas de ese momento”.
La clave para la selección
Julio, finalizo la nota, contándonos una de las claves sobre como Argentina llegó a lo alto del softball: “Una clave es la humildad, pero la humildad entendida como que estas dispuesto a entender cada día algo, que por más que hayas llegado a un nivel alto, tengas la capacidad de seguir aprendiendo de todos. Además, también es importante, no negar nuestros propios errores. Cuando yo le transmito a un jugador que tiene que estar tranquilo, si mi lenguaje gestual es todo lo contrario muy difícil va a ser. Todo empieza por el liderazgo, el cuerpo técnico lidera afuera y los jugadores adentro de la cancha, pero la transmisión de esas emociones a los jugadores es permanente.”
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