Final feliz

Patronato derrotó 1-0 a Olimpo en el Presbítero Bartolomé Grella, con gol de Sebastián Ribas, en lo que fue la última fecha del primer semestre de la Super Liga. El Santo subió un puesto en los promedios.

Y a fin de año, se sacó la mochila cuál estudiante de secundaria, la arrojó y se sentará a descansar. Así hará Patronato, que ganó un duelo clave, una verdadera final ante Olimpo, en el Estadio Grella, con muchos matices, positivos y negativos, pero el cierre, fue digno de un abrazo.

INTENTÓ E INTENTÓ
A pesar del calor y del poco viento que hubo en el Presbítero Bartolomé Grella, Patronato elevó la temperatura de entrada, en campo rival, con mucha gente cerca de Gabbarini, que sería costumbre con el correr de los minutos, pero son poca presencia.

El arranque del cotejo fue Rojinegro, que marcó terreno rápido, que generó desequilibrios y produjo situaciones concretas de gol. La formula, fue sencilla, pelotazos rectos a Ribas y Balboa, que complicaron a Nasuti y Herranz, pero abrieron huecos para Cáceres o Rivero, que tuvieron vía libre constantemente.

«El rival también juega», es la frase de cada entrenador y rival. Olimpo jugó, de manera tibia, pero complicó a Sebastián Bértoli. Rubén Forestello propuso el uno contra uno, para aprovechar sus individualidades y lo logró, por momentos, con Fornari con Sandona y Tellechea con Urribarri, un duelo clave.

El Patrón fue simple en sus aproximaciones, a la pelota parada no le terminó de sacar el jugo por completo, pero fue una de las vías de gol más rápidas que generó, ya que el movimiento en bloque del Aurinegro impidió un desempeño fluido de los de Pumpido.

Al Negro le costó, porque fue impreciso en pases, en lecturas de juego y porque en defensa siguió sufriendo, más allá de tener el arco en cero y lo poco que trabajó el capitán. El primer tiempo, por las chances que se generaron, cabezazo de Balboa, remate de Peralta y más centros peligrosos, quedó con sabor a poco, pero con una buena imagen.

TUVO SU PREMIO
Olimpo sintió que el empate le sentaba bien y de esa manera salió afrontar el complemento, retrasado, dejando la pelota a Patronato, cerrando espacios y forzar al error, pero al mismo tiempo, con los extremos, salir rápido al ataque.

Y al Santo le pesó por momentos el rol que le ofreció el elenco de Bahía Blanca, porque siguió cometiendo errores, sin provocar peligro cerca del área de Gabbarini, más allá que se jugó a pocas distancias del arco rival.

Enfrente se quedaron con las más claras, gracias a jugadas desafortunadas. Olimpo apostó a la pelota quieta y Nasuti pudo concretar tras un córner, pero su cabezazo pasó cerca y después Fornari que no pudo ante la humanidad del arquero que más ataja en la Super Liga.

Por errores y desorden llegó la visita, pero con los cambios, Guzmán y Carrasco, por Peralta y Balboa, hubo otro Patrón, que aceleró, pisó el pedal para hacer todo vertical, todo punzante, todo a un toque.

Rivero, Cáceres, Carrasco, centro y córner. Rivero, Guzmán, Ribas, centro, córner. Así fueron varios minutos del juego, con el anfitrión siendo anfitrión, pero sin su premio, por la mala fortuna y la presencia del arquero rival.

Hasta que, Rivero le dio un pase milimétrico a Carrasco, que no dudo en arrojarse, impactar la pelota que cruzó el frente del arco y en el otro sector encontró los pies del goleador del equipo, Sebastián Ribas, que sólo tuvo que empujarla para sellar el resultado final.

Pasó la prueba de aguantar, de cuidar el marcador, lo pudo liquidar, pero siguió su idea y se sacó la mochila de encima. Patronato se despidió del año con una sonrisa, porque ganó, tuvo buenos pasajes de fútbol y porque sumó un puesto en la tabla de los promedios. Feliz año nuevo, Patrón.

Por Gabriel Obelar.